CATRINA A MARÍA FÉLIX

María de los Ángeles Güereña

Grupo: Preparatoria

María de los Ángeles Félix Güereña, mejor conocida como María Félix, es una de las figuras femeninas más importantes de la Época de Oro del cine mexicano. Una de las actrices más importantes y entrañables en la historia de México, María nació el 8 de abril de 1914, en Álamos, Sonora, México. Hija de Bernardo Félix y Josefina Güeraña, un militar y político y una ama de casa, María fue la mayor de quince hermanos. Pasaría su infancia en su natal Álamos, en un entorno de clase media. Fue aficionada a la equitación y le atraían actividades masculinas. Tuvo una buena relación con su hermano Pablo, en comparación con la mala relación que tuvo con sus hermanas. Sin embargo, temiendo que la relación fuera más que cercana, su madre enviaría a Pablo al Heroico Colegio Militar, en la Ciudad de México.

María se mudaría, con su familia, a Guadalajara, años después, donde destacaría su belleza innegable. Fue coronada como reina de belleza estudiantil, mientras cursaba en la Universidad de Guadalajara. Muy joven, a los 17 años, se casaría con Enrique Álvarez, un vendedor de cosméticos Max Factor, con quien tuvo a su único hijo, en 1934, el también actor Enrique Álvarez Félix. Terminaría el matrimonio en 1938, lo que llevaría a rumores y chismes contra ella. Debido a eso, decidió mudarse a la Ciudad de México, con su hijo. En la ciudad, María consiguió un humilde empleo, como recepcionista en un consultorio, mientras vivía en una casa de huéspedes. Por esa época, su esposo fue a la ciudad y le quitaría a su hijo. Ella le prometió que algún día sería más influyente que él y recuperaría al pequeño. Eventualmente lo hizo, con la ayuda del compositor Agustín Lara.

Su llegada al cine fue una casualidad. Mientras miraba escaparates de tiendas, en el centro histórico de la Ciudad de México, el director de cine, Fernando Palacios, se acerco a ella y le preguntó si estaría interesada en salir en una de sus cintas. Su respuesta pasaría a su propia historia y mito, cuando le respondió “¿Quién le dijo que yo quiero entrar al cine? Si me da la gana, lo haré, pero cuando yo quiera y será por la puerta grande”

Aunque Palacios levantaría su curiosidad por el cine y la presentó con varios miembros de la industria mexicana y norteamericana, María debutaría en la cinta de Miguel Zacarías, El Peñón de las Ánimas (1943), al lado de Jorge Negrete y René Cardona. Durante el rodaje, María y Jorge empezarían una mala relación, puesto que el actor y músico quería a su novia, Gloria Marín, para el papel que fue para Félix, lo que condujo a un enfrentamiento entre ambos, alentando la fama de la actriz, dado que Negrete era una figura que pocos se atrevían a cuestionar o enfrentar.

Pronto, la fama de “La Doña” empezaría a escucharse entre el público y ganaría mucha popularidad. Tras la cinta, María aparecería en el papel de La Doña, en la cinta Doña Bárbara (1943), una de sus más notables cintas. Le siguieron La mujer sin alma (1943), La devoradora (1946), El monje blanco (1945) y Vértigo (1946), entre otras.

Quizá sus mayores éxitos vendrían con su colaboración con el cineasta Emilio “El Indio” Fernández, con quien realizaría Enamorada (1946), Río Escondido (1947) y Manclovia (1948), lo que la llevaría a la cima de la fama nacional e internacional. Pronto fue contratada por el productor español Cesáreo González, emigrando a España, donde realizaría las cintas Mare Nostrum (1948), Una mujer cualquiera (1950) y La noche del sábado (1950)

A mediados de la década de los años 50, María vuelve a México, convertida en una figura del cine mundial, lo que le daría el lujo de elegir en que películas quería participar. En ese periodo, María realizaría las cintas La escondida (1955), Café Colón (1958), Tizoc (1956), Flor de mayo (1957), Sonatas (1959), La bandida (1962) y La generala (1970), la que sería su última película.

María Félix murió el 8 de abril de 2002, en la Ciudad de México, mientras dormía en su cama.



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